CLARICE
LISPECTOR

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Clarice Lispector, enigmática escritora latinoamericana, tornó difusas las fronteras entre un discurso guiado por la intuición y otro guiado por la razón al entrelazarlos en narrativas de carácter introspectivo, volviendo así problemática cualquier categorización estática de su escritura.

Lispector nació en Ucrania en 1920, justo después de la Primera Guerra Mundial. Dos años más tarde su familia se trasladó a Brasil, lugar donde pasó la mayor parte de su vida. Murió en Río de Janeiro en 1977. Con el tiempo se convirtió en una de las más singulares representantes de la literatura latinoamericana.

La escritura de Lispector, de tono subjetivo e introspectivo, se enfoca en examinar la esencia íntima y profundizar la vivencia interna. Mediante el uso transgresor del lenguaje, Clarice logra materializar lo intangible de la existencia, el intangible mundo interior. Leer a Clarice es una experiencia muy personal.

El alma expuesta en su obra es el alma de una sola mujer, en la que se encuentra todo el alcance de la experiencia humana. Puesto que describía su experiencia íntima con tanto detalle, podía serlo todo para todos, venerada por los que encontraban en su genio expresivo el espejo de sus propias almas. Como ella misma dijo: “Yo soy vosotros mismos”.

Cronología de libros

Escribo como si fuese a salvar la vida de alguien. Probablemente mi propia vida. Escribo para librarme de la difícil carga de ser una persona. Escribo para mí, para sentir mi alma hablando y cantando, a veces llorando. Lo que escribo no es para leer, es para ser.

Mueve las citas y explora su escritura introspectiva

"Ayer, sin embargo, perdí durante horas y horas mi montaje humano. Si tuviera el valor, me dejaría continuar perdida. Pero tengo miedo de lo que es nuevo y tengo miedo de vivir lo que no entiendo -siempre quiero tener la garantía de por lo menos estar pensando que entiendo, no sé entregarme a la desorientación. ¿Cómo se explica que mi mayor miedo sea precisamente en relación a ser? Y pese a ello no hay otro camino. ¿Cómo se explica que mi mayor miedo sea precisamente ir viviendo lo que vaya sucediendo? ¿Cómo se explica que no tolere ver, sólo porque la vida no es la que pensaba sino otra? ¡como si antes hubiese sabido lo que era! ¿Por qué el ver genera una desorganización tal?”

La pasión según G.H, p.13, Editorial El Cuenco de Plata, 2010.

"Entonces de repente se había calmado. Nunca, hasta entonces, había tenido la sensación de calma absoluta. Estaba sintiendo ahora una claridad tan grande que la anulaba como persona actual y común: era una lucidez vacía, así como un cálculo matemático perfecto del cual no se precisase. Estaba viendo claramente el vacío. Y ni siquiera entendía eso que una parte suya si entendía. ¿Qué haría con esa lucidez? Sabía también que esa claridad podía transformarse en un infierno humano. Pues sabía que en términos de nuestro diario y permanente amoldamiento a la realidad -esa claridad de la realidad era un riesgo. De algún modo ya había aprendido que cada día nunca era común, era siempre extraordinario. Y que a ella le quedaba sufrir el día o sentir placer en él. "

Un Aprendizaje o el Libro de los Placeres, p.116, Editorial Corregidor, 2015.

"Vida y muerte fueron mías, y yo fui monstruosa. Mi valor fue el de un sonámbulo que simplemente va. Durante las horas de perdición tuve el valor de no componer ni organizar. Y sobre todo el de no prever. Hasta entonces no había tenido el valor de dejarme guiar por lo quie no conocía, y rumbo a lo que no conocía: mis pre-visiones condicionaban de antemano lo que vería. No eran las ante-visiones de la visión: ya tenían el tamaño de mis precauciones. Mis pre-visiones me cerraban el mundo."

La pasión según G.H, p.17, Editorial El Cuenco de Plata, 2010.

"No, no es que estuviese mal dejar la propia cara expuesta a la sensibilidad. Es que esa cara al estar desnuda pordría, al herirse, cerrarse sola en una súbita máscara involuntaria y terrible: era entonces menos peligroso elegir, antes que eso fatalmente ocurriese, elegir sola ser una “persona”. Elegir la propia máscara era el primer gesto voluntario humano. Y solitario. Pero cuando finalmente se ajustaba la máscara a eso que se había elegido para representarse y representar el mundo, el cuerpo ganaba una nueva firmeza, la cabeza podía a veces mantenerse altiva como la de quien superó un obstáculo: la persona era."

Un Aprendizaje o el Libro de los Placeres, p.85, Editorial Corregidor, 2015.

"Y al inicio del trabajo, no olvidar prepararme para equivocarme. No olvidar que la equivocación muchas veces se había convertido en mi camino. Todas las veces que no acertaba en lo que pensaba o sentía, se producía entonces una brecha y, si antes hubiese tenido valor, ya habría entrado por ella. Pero siempre tuve miedo del delirio y del error. Mi error, sin embargo, debía ser el camino de una verdad: pues sólo cuando me equivoco salgo de lo que conozco y de lo que entiendo. Si la "verdad" fuese aquello que puedo entender, terminaría siendo sólo una verdad pequeña, de mi tamaño."

La pasión según G.H, p.110-111, Editorial El Cuenco de Plata, 2010.

Supongo que entenderme no es una cuestión de inteligencia sino de sentir, de entrar en contacto.

Entrevista a Clarice Lispector, Panorama, 1977.

Elegir la propia máscara,

Es el primer gesto voluntario humano.

Y es solitario.

Bibliografía: https://www.siruela.com

https://www.revistadelibros.com/articulos/clarice-lispector-vida-y-obra_1

© Micaela Muzi, 2020